La pregunta estaba clara antes incluso de que Joe Biden terminara su discurso, con el que clausuraba la cumbre de la OTAN, y la respuesta volvió a ser la que tanto él como su equipo han estado repitiendo desde hace semanas. "Soy el más cualificado para hacer el trabajo, creo que es importante disipar los miedos", aseguró con contundencia y confianza el presidente de Estados Unidos, de 81 años, duramente cuestionado en las últimas semanas. "Y volveré a vencer a Donald Trump", repitió como un mantra, dejando claro que será el candidato demócrata a las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre.

Las palabras de Biden, que este jueves volvió a protagonizar un nuevo lapsus al llamar "Putin" al presidente ucraniano Zelenski y "vicepresidente Trump" a Kamala Harris, trataban de poner punto final a la crisis que se cierne sobre su gobierno desde hace semanas, concretamente desde el debate que mantuvo con el republicano el pasado 28 de junio. Desde entonces, han sido muchas las voces que se han alzado para pedir que se haga a un lado: congresistas, el senador demócrata Welch... pero también medios de comunicación como The New York Times. El último en sumarse a ese rechazo fue el actor George Clooney, quien aseguró que la única lucha que Biden no podía ganar era "la del tiempo".

La rueda de prensa, que la Casa Blanca había vendido como la prueba de fuego para enviar un mensaje de confianza mientras el resto del mundo la utilizaba para diseccionar al detalle cada gesto de Biden, empezó tarde, con una hora de retraso y se alargó hasta bien entrada la madrugada (hora peninsular). En un primer discurso que duró casi 10 minutos, Biden reivindicó el papel de la OTAN en la guerra en Ucrania, pero también su política en Gaza, y su gestión al frente de la Casa Blanca en cuestiones como la inmigración o la economía. 

Después, llegó la ronda de preguntas, y, ahí sí, el tema del día no era el 75 aniversario de la cumbre sino el futuro de Biden y el horizonte demócrata. En este sentido, el presidente estadounidense reivindicó que todavía le quedan fuerzas para seguir adelante, aunque es consciente de que tiene un "largo camino por recorrer". "No es inusual que senadores y congresistas se preocupen, pero varios presidentes tuvieron peores números de los que yo tengo ahora. Seguiré moviéndome. Todavía hay mucho trabajo por hacer".  

Biden, que salvo algún carraspeo y alguna confusión con los nombres mostró una actitud confiada en todo momento, asumió que su papel en el debate del 28 de junio no fue el mejor y echó la culpa de ello a su equipo. En concreto, por llenarle demasiado la agenda antes de la cita, lo que calificó de "error estúpido". Aún así, trató de sacar pecho. "¿Cómo puedo decir esto sin sonar demasiado egocéntrico?", se preguntaba. "Mis aliados europeos me dicen que me presente, me dicen 'tienes que ganar' [...] ¿Habían visto alguna vez una cumbre más exitosa que esta? Encuéntreme un líder que no lo diga".

Kamala Harris, los test...

En líneas generales, fue una rueda de prensa extensa, larga, en la que Biden no dejó de responder preguntas comprometidas, como por ejemplo las que le hicieron sobre los test cognitivos a los que su equipo médico rechazó someterle tras el fallido debate con Trump. "Estoy rodeado de muy buenos médicos. Si ellos consideran que hay un problema o simplemente que lo necesito, me dirían que me hiciera un nuevo examen neurológico. Y yo me lo haría, se lo prometo". En este sentido, sin embargo, el demócrata aseguró que da igual lo que haga en estos momentos pues "nadie quedará satisfecho".

También habló Biden de Kamala Harris, su vicepresidenta y por tanto uno de los nombres que más se ha repetido en los últimos días como la persona que podría coger el testigo demócrata. "Claro que está capacitada para ser presidenta", espetó, "por eso la escogí en primer lugar". Conciso y directo... y siguiente pregunta. Hasta ahí el protagonismo a su segunda, pues esa era una noche para reivindicarse él, para tratar de borrar la imagen que dio en el debate de la CNN. 

Sin embargo, aún quedaba otro asunto escabroso a tratar. "La presidencia es el trabajo más estresante que existe...", empezaba una periodista, "¿cómo cree que estará en 2 o 4 años con las limitaciones que tiene ahora?". "¿Limitaciones?", contrapreguntaba Biden. "Bueno, se ha informado de que necesita irse pronto a la cama..."., continuaba la periodista.

"Eso no es verdad", contraatacó Biden. "No dije eso así. Lo que dije fue que sería más inteligente para mí que, en lugar de que todos los días comiencen a las siete y terminen a medianoche, controlar un poco mejor mi ritmo", detalló el presidente estadounidense antes de repetir la frase más escuchada de la noche: "Soy el más cualificado. Le vencí una vez [a Trump] y le volveré a vencer".